Un nuevo acto en el Oriente Medio y en el mundo: las empresas militares privadas

La evaluación al respecto del Dr. Cemil Doğaç İpek, experto en relaciones internacionales

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Un nuevo acto en el Oriente Medio y en el mundo: las empresas militares privadas

Los orígenes de la idea del Estado moderno que tiene el monopolio del uso de la fuerza se remontan a la idea del Estado encarnada por Thomas Hobbes como “Leviatán” en el siglo XVII. Según la definición, que Max Weber dio del Estado moderno a principios del siglo XX, el rasgo distintivo más importante de esta organización política soberana es el monopolio del uso de la fuerza física sobre un territorio determinado. Aunque hay ejemplos del uso de mercenarios en el norte de África y Oriente Medio en 1479 a.C. y en la Europa en el siglo XIV en contra de esta perspectiva que ve al Estado como el único actor en el uso de la fuerza, la definición de Weber del monopolio del Estado sobre el uso de la fuerza ha pasado a primer plano como la comprensión dominante de los últimos dos siglos. Hoy en día, el monopolio del Estado sobre el uso de la fuerza ya no es la norma. Desde finales de la década de 1970, se ha producido un aumento muy rápido del número de proveedores de seguridad comercial, como empresas militares privadas y empresas de seguridad en Europa y Norteamérica. Estas empresas se han destacado en la provisión de seguridad interna dentro de las fronteras nacionales y en la participación militar en conflictos armados transnacionales. Según el informe publicado por el Parlamento Europeo en 2016, más de 1,5 millones de guardias de seguridad privados trabajaban en aproximadamente 40.000 empresas de seguridad privadas en Europa en 2013, y la facturación de estas empresas ese año ascendió a unos 35 mil millones de euros. A nivel mundial, el sector de la seguridad privada alcanzó un valor de 200 mil millones de dólares estadounidenses en 2016, con aproximadamente 100.000 empresas de seguridad privada y 3,5 millones de empleados. Si bien las cifras de seguridad interna son así, el papel de las empresas militares privadas en el ámbito transnacional ha aumentado significativamente. En 1991, durante la Primera Guerra del Golfo, la proporción de mercenarios por miembros del ejército estadounidense era de uno entre cincuenta, mientras que en la última invasión de Irak, su número excedía a los miembros del ejército. Este cambio es un reflejo de la comprensión neoliberal basada en los ideales de que el poder estatal debe limitarse en favor de los derechos y libertades individuales y que el mercado debe ser dominante en el dilema Estado-mercado.

Llegados a este punto, convendría buscar una respuesta a la pregunta de cómo se refleja en el Derecho internacional un cambio tan importante, que minimiza el papel del Estado e incluye a las empresas privadas en el ámbito del uso de la fuerza. Si empresas militares y de seguridad privadas participan en conflictos armados, existe una normativa no vinculante que les exige operar dentro del marco del respeto del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos en sus actividades sobre el terreno. En este contexto, el Documento de Montreux, creado como resultado de las iniciativas iniciadas por Suiza y el Comité Internacional de la Cruz Roja, fue firmado por 17 Estados el 17 de septiembre de 2008. Este documento es una recopilación de obligaciones legales y buenas prácticas internacionales relevantes.

Según el documento, los Estados parte de la convención están obligados a garantizar, dentro de sus competencias, que los grupos paramilitares que utilizan en el terreno respeten el derecho internacional. La obligación de imponer las sanciones penales correspondientes a las violaciones graves de los individuos pertenecientes a estos grupos, independientemente de su nacionalidad, como resultado de los juicios que se lleven a cabo en sus propios tribunales, también se otorga a los estados parte del convenio. Estas personas pueden ser extraditadas a otro Estado pertinente o a un tribunal penal internacional para su enjuiciamiento si se considera necesario. El Documento de Montreux no es sólo un intento de regular la creciente presencia de empresas militares y de seguridad privadas en zonas de conflicto en el marco del derecho internacional, sino también una expresión de la creciente legitimidad de estas empresas. Por supuesto, también debemos enfatizar que en este momento aún no se ha alcanzado un consenso total a nivel internacional. A la luz de la información mencionada arriba, dos de los mayores ejemplos de grupos paramilitares en el mundo hoy son el Grupo Wagner de Rusia y Blackwater de Estados Unidos.



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