El Monasterio de Sümela en Trabzon fue construido desafiando las condiciones geográficas

Un monje ve un sueño y sale al camino desde muy lejos. Atraviesa los mares, montañas y colinas. En su sueño vio el profeta Jesús y  María en una cueva. María dijo que San Lucas hizo un icono y que los ángeles trajeron el icono a esta cueva. El monje, que partió de Atenas, se encuentra con otro monje en el puerto de Trabzon. Este monje de Estambul tuvo el mismo sueño y está buscando la cueva. Dos monjes, sin darse cuenta y partiendo de diferentes lugares, encuentran la cueva; además, el icono está dentro de la cueva. Al instante comienzan a trabajar para convertir este lugar en una iglesia. Así se construyó el Monasterio de Sumela, que más tarde se convertiría en uno de los centros importantes del cristianismo. Es una historia que contamos, si el evento realmente sucedió así, se desconoce porque no hay registro de este tema en fuentes históricas. Pero esta es una historia comúnmente contada. Tal vez es solo una historia contada para incrementar el atractivo religioso y la expresividad. Hoy hablaremos del Monasterio de Sumela, cuya cabeza toca las nubes, con su altura sobre el nivel del mar.

Los primeros monasterios se construyeron en las cimas de las montañas, en los rincones desiertos del mundo, para estar lejos de los humanos y cerca del creador. Se deriva de la palabra “monos” que significa soledad o estar solo. La vida monástica empieza y se desarrolla por primera vez en las religiones de origen indio. Se cree que para entender la vida y alcanzar la vida perfecta, es necesario renunciar a lo material. Es posible alejarse del mundo y sus bendiciones estando aislado física y espacialmente. Por esta razón los monasterios se construyen con mucha dificultad en los desiertos, encima de las rocas, en lugares donde no vuela el pájaro, no pasa la caravana. A medida que pasa el tiempo, esta forma de pensar también se ve en diferentes geografías y distintas religiones.No obstante, los monasterios obtienen una importancia especial en el cristianismo. Los monasterios se convierten en lugares donde se entrena a los niños pequeños para divulgar su religión. Y de nuevo, se construyen lejos del flujo normal de la vida, en lugares donde la naturaleza pone obstáculos  a las personas y que no son de fácil acceso.

El Monasterio de Sümela en Trabzon es una obra imponente que fue construida desafiando las condiciones geográficas y asombra a quienes la ven. El monasterio toma su nombre de la palabra “melas” que significa “negra”. Algunos dicen que el monasterio recibió su nombre de la montaña oscura sobre la que se construyó, mientras que otros dicen que el icono de la Virgen María aquí estaba pintado de negro, por lo que se llamó así... El monasterio se consideraba sagrado porque albergaba un icono que se creía que realizar milagros. Se creía que el ícono de la Virgen María, también conocida como la María Negra, aliviaba enfermedades, hambrunas y todo tipo de problemas, y creaba milagros.

El Monasterio de Sumela, a 1150 metros sobre el nivel del mar, también es conocido como el Monasterio de la Virgen María. La obra, que parece una parte de los acantilados fuera de la ciudad, en el bosque, siguió la tradición de elegir un lugar para los monasterios con su posición. Sümela, un monasterio greco-ortodoxo, fue el monasterio más importante de la región ya que fue una escuela para la formación de monjes. Primero empezó a construirse convirtiendo la cueva en el lecho de roca en una iglesia. Con el tiempo, se amplió con estructuras excavadas en las rocas, al igual que sus contrapartes en Capadocia. El monasterio tomó su forma actual durante mil años.

A aquellos que quieran hacer una visita al Monasterio de Sumela les espera una subida un tanto desafiante, porque los vehículos de transporte especiales dejan a los visitantes al comienzo de las escaleras que conducen al monasterio. Le recomendamos disfrutar del impresionante paisaje y la naturaleza sin prisas mientras sube las escaleras de casi 300 metros de largo. Rodeado por el leve aroma de los rododendros únicos de la región del Mar Negro y carpes gigantes, este camino puede llevar a uno  a esos cuentos mágicos que se leía en la  infancia. Cuando se llega al patio del monasterio después de terminar las estrechas escaleras, le da la bienvenida un lugar mágico totalmente diferente. En la entrada, hay salas de guardia del edificio, que se extiende sobre un área muy grande. El monasterio, que consta de 72 habitaciones con una cueva convertida en iglesia, habitaciones de monjes, capillas, habitaciones de estudiantes, casa de huéspedes y biblioteca, se presenta en todo su esplendor como si hubiera salido de un cuento de hadas. También hay un manantial sagrado en el centro del monasterio. Grandes gotas de agua caen de las rocas de arriba. Esta agua nunca fue cortada durante siglos. Se cree que el manantial cura y se considera sagrado. Es por ello que todavía hoy es visitado frecuentemente tanto por cristianos como por musulmanes.

El Monasterio de Sümela está en la Lista Indicativa del Patrimonio Cultural Mundial de la UNESCO e impresiona a los humanos con su esplendor. El hecho de que fuera construido un complejo tan grande a pesar de la geografía, una vez más revela lo que una persona puede hacer por las cosas en las que cree.. Además de la impresionante arquitectura de Sümela, también llaman la atención sus frescos. En una época en que pocas personas sabían leer y escribir, se hicieron frescos para hablarle a la gente sobre la Biblia. La creación del mundo, las escenas de la Biblia y algunos milagros y las secciones de la vida de María y  Jesús se representan en estos coloridos frescos. Estos frescos fueron desmantelados con el tiempo. Sin embargo, es posible entender por las pinturas murales que quedaron atrás cuán magníficos fueron alguna vez. Durante los trabajos de restauración realizados en los últimos años, se encontró un pasadizo secreto hasta ahora desconocido. Fueron descubiertos nuevos frescos, donde el pasaje conduce a una capilla, donde se representan "El cielo y el infierno" y "La muerte y la vida".

Los monasterios son obras complejas donde se añaden nuevas habitaciones y edificios según las necesidades. Para no verse afectados por diferentes culturas y diferentes creencias, se construyen en lugares alejados de los ojos y los humanos. Es posible encontrar muchos monasterios en la región del Mar Negro. Esta región es motivo de preferencia por sus imponentes bosques, escarpados acantilados, abruptas y desafiantes montañas. Estas estructuras, que sobrevivieron hasta nuestros días al ser testigos de diferentes períodos, son impresionantes con su naturaleza y magnífica arquitectura.

Hoy, hablamos sobre el magnífico Monasterio de Sumela, que se encuentra entre los centros de creencias más importantes del mundo, con su icono, que parece adherirse a los acantilados y se cree que realiza milagros, el manantial sagrado con sus gotas curativas y su frescos impresionantes.