El rey Carlos III de Inglaterra acepta las atrocidades cometidas por su país en Kenia

El rey se pronunció sobre los errores del pasado colonial cometidos en Kenia en su visita oficial al país

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El rey Carlos III de Inglaterra acepta las atrocidades cometidas por su país en Kenia

El rey Carlos III de Inglaterra afirmó que aceptaba las atrocidades cometidas por su país durante la lucha por la independencia de Kenia.

En una conferencia de prensa conjunta celebrada con el presidente de Kenia, William Ruto, en la capital, Nairobi, el rey de Inglaterra hizo énfasis en el pasado colonial de Kenia.

El rey Carlos III declaró que reconocía los errores del pasado, especialmente las atrocidades cometidas durante la búsqueda de independencia de Kenia.

Al describir lo que se hizo contra los kenianos que luchaban por la independencia y la soberanía como "actos de violencia repugnantes e injustos", el rey Carlos dijo: "No hay excusa para esto".

El rey Carlos III afirmó que tuvo la oportunidad de reunirse con quienes se vieron directamente afectados por errores del pasado.

"Los errores del pasado son la causa de las mayores penas y los más profundos arrepentimientos”, dijo.

El presidente keniano, Ruto, afirmó que le complacían las declaraciones del rey Carlos III.

La visita oficial de cuatro días del rey británico Carlos III y su esposa, la reina Camila, a Kenia tiene como objetivo mejorar las relaciones entre los dos países.

La Comisión de Derechos Humanos de Kenia había pedido al rey Carlos III que se disculpara por las prácticas inhumanas de Inglaterra hacia los ciudadanos kenianos durante el período colonial.

La ocupación de Kenia por los británicos a finales del siglo XIX cambió el destino de la población del país.

El movimiento "Mau Mau", que inició una rebelión en 1950 oponiéndose a las prácticas de la administración colonial británica, hizo una gran contribución a la independencia de Kenia.

Según cifras oficiales británicas, 11.505 combatientes de la resistencia murieron durante la resistencia Mau Mau en Kenia entre 1952 y 1956, y más de 5.000 personas, en su mayoría civiles, que apoyaban el movimiento, fueron encarceladas.



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