La ola de violencia que se vivió en las cárceles de Ecuador deja cerca de 80 reos asesinados

El amotinamiento en tres cárceles este martes dio paso a decenas de muertes violentas, lo que según expertos constituye un hecho “sin precedentes” en la historia carcelaria del país.

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La ola de violencia que se vivió en las cárceles de Ecuador deja cerca de 80 reos asesinados

Las imágenes de reos asesinados dentro de las cárceles de Ecuador han conmocionado a la sociedad por su alto grado de violencia. Este martes 23 de febrero, el amotinamiento en tres cárceles del país dejó como saldo 80 fallecidos, lo que es considerado por varios expertos como un hecho “sin precedentes en la historia carcelaria del país”.

En un solo día, la cifra superó al número total de personas privadas de la libertad que fallecieron en el 2020. Las imágenes que circularon daban cuenta de una lucha entre reos que terminó en asesinatos, cuerpos descuartizados y desmembramientos de varios de ellos.

Las cárceles de las ciudades de Guayaquil, Cuenca y Latacunga, donde se ubica la mayor población carcelaria del país, fueron los escenarios de hechos de violencia entre personas privadas de la libertad. Según las autoridades penitenciarias, los acontecimientos fueron producto de una “lucha por el poder delictivo dentro de los centros de privación de la libertad”, dijo Edmundo Moncayo, director del Servicio Nacional de Atención Integral de Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI).

Pese a que las autoridades carcelarias identificaron cinco bandas que estarían “luchando” por el poder dentro de las cárceles, expertos en temas de seguridad consideran que son al menos 17 bandas las que operan dentro y fuera de los centros penitenciarios.

Varias de estas bandas serían Los Pipos, Los Lobos, Los Chone Killers, Los Tiguerones y Los Choneros, quienes se disputan el liderazgo de este último grupo tras el asesinato de su máximo líder Jorge Luis Zambrano, alias 'Rasquiña' o 'JL', que se produjo en un centro comercial en la ciudad costera de Manta en diciembre de 2020, poco tiempo después de salir de prisión.

Esos grupos pequeños, luego de la muerte de 'Rasquiña', cuya organización también mantenía una disputa con otro grupo delincuencial denominado Los Lagartos, empezaron a disputar el liderazgo dentro y fuera de las cárceles.

"Esperábamos una reacción inmediata luego del asesinato de 'Rasquiña', pero se demoró", dijo Moncayo este martes durante una rueda de prensa. Mientras que el ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, denunció "una acción concertada de organizaciones criminales".

Para Ricardo Carrillo, experto en temas de seguridad, Jorge Luis Zambrano tenía una capacidad de ser el líder innato de Los Choneros y, una vez que es asesinado, no se logra el control de este grupo. “Ahora habrá que ver cómo quedó esta batalla y sobre todo estas subbandas que no solo buscan el poder total de los centros carcelarios sino del crimen organizado que existe fuera de los centros penitenciarios”, afirmó.

Itania Villarreal, exdirectora Nacional de Rehabilitación Social, consideró estos hechos como “una barbarie y una crueldad humana que nos deja ver algo insólito y sin precedentes en la historia carcelaria del país”.

Para Villarreal, el asesinato de las personas privadas de la libertad es un mensaje “claro” a las autoridades del Gobierno y del sistema penitenciario de lo que “pueden hacer a sus compañeros de celda” y el nivel de violencia con el que pueden actuar.

En 2019 y 2020, el Gobierno ecuatoriano decretó dos estados de excepción para tratar de remediar una crisis carcelaria que ya llevaba latente varios años y que se vio agravada con varios amotinamientos donde los reos reclamaban mejores tratos en torno a la alimentación y temas de salubridad, así como muertes de reos en disputas internas.

Uno de los estados de excepción, recuerda Villarreal, tenía como finalidad que las autoridades carcelarias pudieran reubicar a los miembros de estas bandas que se confrontan dentro de las cárceles y “que tendríamos el alivio de que no causaría más decesos; también se dijo que iban a clasificar a los reos de acuerdo con su peligrosidad, pero nada de esto se dio”.

“Es lamentable que se diga en boca de la máxima autoridad que estaban esperando una reacción por el asesinato de 'Rasquiña', cuando se podía prever que se debía reubicar a estas bandas al haber tiempo suficiente”, dijo Villarreal en una entrevista con la Agencia Anadolu.

Villarreal y Camacho coinciden en que los hechos ocurridos en las cárceles este martes, pudieron “prevenirse” si es que existiera un “verdadero sistema de inteligencia penitenciario”.

Según Moncayo, en el momento existe un déficit de guías penitenciarios en un 70%, lo que no permitiría tener un adecuado control de las cárceles. Pero los expertos afirman que es un problema que ya se había mencionado hace más de dos años, así como el aumento de la sobrepoblación penitenciaria en un 36%.

Villarreal considera que al menos deberían existir en el país al menos unos 5.000 guías penitenciarios, pero en la actualidad llegan apenas a algo más de 1.500 guías.

Para los expertos en temas de seguridad, la mayor deficiencia radica en la falta de una inteligencia penitenciaria y de no tener una hoja de ruta que les permita iniciar una reingeniería de todo el sistema penitenciario.

“Se deben crear desde nuevas políticas, establecer funciones claras, apoyar a una verdadera inteligencia penitenciaria. Se debe tomar un verdadero control en las cárceles y eso no significa que se vulneren los derechos de las personas privadas de la libertad”, afirma Villarreal.

La exdirectora nacional de Rehabilitación Social cree que debe existir mayor corresponsabilidad de los funcionarios penitenciarios, de todo el personal que trabaja dentro de las cárceles y de las familias de los privados de la libertad.

Villarreal considera, al igual que Camacho, que las armas que fueron encontradas dentro de los pabellones de las cárceles ingresaron “por la puerta principal”, es decir “las armas ingresarían con ayuda de servidores de los centros penitenciarios, de los vehículos que ingresan con alimentos, cuando salen a audiencias, etc.”.

Esta crisis se ha visto agravada desde tiempo atrás, señala Villarreal, pues recuerda que en 2011, se desvinculó al 80% de personal de carrera de los centros penitenciarios, “gente de experiencia salió y se improvisó con una selección de agentes penitenciarios que no permite llevar a cabo una rehabilitación adecuada con personal improvisado”.

Para Camacho, Ecuador debería tomar en cuenta el sistema penitenciario de Chile, pues a su criterio está considerado como uno de los mejores en la región. “El sistema chileno tiene videovigilancia en los pasillos, que permite monitorear cada instante lo que pasa; un sistema de inteligencia en cada centro penitenciario; y tiene informantes dentro de las cárceles que les permiten trabajar con su propia inteligencia”.

La mañana de este miércoles se registraron algunos disturbios dentro de la cárcel en Guayaquil, sin embargo, las autoridades aseguraron que existe un control en todos los centros penitenciarios.

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró en sus redes sociales que dispuso que el Ministerio de Defensa ejerza “un estricto control de armas, municiones y explosivos en los perímetros exteriores de los centros penitenciarios”. Y aseguró que se han “desplegado controles para mitigar la situación y seguimos investigando los hechos. Los autores serán sancionados”.



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