EEUU vuelve a designar a Cuba en la lista de "estados patrocinadores del terrorismo"

Cuba vuelve a incluirse en la lista de "países patrocinadores del terrorismo" de Estados Unidos.

La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, antes de dejar el cargo, dio un paso contra Cuba, que fue eliminada por su antecesor Barack Obama de la "lista de países que apoyan el terrorismo" en el proceso de normalización.

"El Departamento de Estado de EE.UU., en un comunicado, designó a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo por proporcionar repetidamente apoyo a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas", anunció el secretario de Estado Mike Pompeo.

Al recordar que la administración Trump ha dado pasos hacia el tratamiento de Cuba contra el pueblo y sus actividades en el continente americano, especialmente en Venezuela, señaló: "Con esta medida de nuevo hacemos responsable al gobierno de Cuba y mandamos un claro mensaje: el régimen castrista debe acabar con su apoyo al terrorismo internacional y con la subversión de la justicia estadounidense".

Pompeo afirmó que durante décadas, el gobierno cubano ha acogido a criminales que escapan del juicio de muchos países, especialmente los Estados Unidos.

"La designación de hoy somete a Cuba a sanciones que penalizan a personas y países que realizan cierto comercio con Cuba. Restringe la ayuda exterior de Estados Unidos, prohíbe las exportaciones y ventas de defensa e impone ciertos controles a las exportaciones de artículos de doble uso", indicó.

El expresidente Barack Obama sacó Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo el 29 de mayo de 2015.

Irán, Cuba, Corea del Norte y Siria están incluidos en la lista de países patrocinadores del terrorismo, de la que Sudán fue excluido en las últimas semanas.

El Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla condenó desde su perfil de la cuenta social la hipócrita y cínica calificación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.

Rodríguez Parrilla calificó el acto como un oportunismo político, intención que sería reconocida por todo el que tenga una preocupación honesta ante el flagelo del terrorismo y sus víctimas.