Bachelet insta a los gobiernos de América Latina a permitir el regreso de sus ciudadanos

La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos afirmó que muchos viajeros no tienen acceso a la atención sanitaria y otros servicios básicos fuera de su país de origen

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Bachelet insta a los gobiernos de América Latina a permitir el regreso de sus ciudadanos
BOGOTÁ, Colombia

AA - La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó el miércoles a los países de América Latina y de otros lugares del mundo a abrir las fronteras a sus propios ciudadanos que se encuentran varados en el extranjero.

Bachelet explicó que muchos viajeros y migrantes carecen de acceso a la atención sanitaria y otros servicios básicos en los países donde se encuentran, servicios vitales sobre todo en tiempos de coronavirus.

“En virtud del derecho internacional, toda persona tiene derecho a regresar a su país de origen, incluso durante una pandemia”, afirmó la alta comisionada y pidió a los gobiernos de la región que hagan todo lo posible por garantizar el regreso seguro, digno y voluntario de sus ciudadanos.

Esta obligación se extiende no solo a los turistas y viajeros de negocios, también a los migrantes. “Cuando los migrantes desean regresar voluntariamente a sus hogares, los gobiernos tienen la obligación de recibirlos y de velar por que tengan acceso a la atención sanitaria y a otros derechos”, dijo Bachelet.

No facilitar la entrada de ciudadanos en el exterior pone a los migrantes en situaciones de extrema vulnerabilidad, en particular durante la actual pandemia del COVID-19. “En términos generales, son los migrantes más pobres que tratan de volver a casa a través de las fronteras terrestres tras haber sido privados de sus ingresos a causa de las medidas de confinamiento, quienes se ven impedidos de regresar”, indicó Bachelet.

La alta comisionada dio las declaraciones después de que centenares de bolivianos se quedaran varados en el norte de Chile, en la frontera con Bolivia, cuando su país les negara la entrada tras el decreto de cierre de fronteras ordenado por la presidenta interina, Jeanine Áñez.

Los días 12 y 13 de abril, las autoridades chilenas transportaron a unos 1000 migrantes bolivianos desde Colchane hasta la capital regional de Iquique, donde los instalaron en escuelas y les proporcionaron acceso a cuidados sanitarios y otros servicios básicos.

El Gobierno anunció que a finales de la semana alrededor de la mitad de esos migrantes serían trasladados de Iquique a Pisiga, un campamento instalado en el lado boliviano de la frontera, donde un equipo de las Naciones Unidas ha asistido a las autoridades locales y a agentes humanitarios en la prestación de servicios básicos para los migrantes, evaluando sus necesidades y reforzando su protección.

Se espera que el resto de los migrantes sean trasladados directamente de Iquique a sus hogares en Bolivia, al concluir la cuarentena obligatoria de 14 días exigida por las autoridades bolivianas.

Migrantes que han tratado de cruzar las fronteras en otros lugares de la región para retornar a sus hogares han sufrido actos hostiles, discriminación e incluso violencia.

“Me aflige ver que la pandemia del COVID-19 está causando estigmatización y discriminación, tanto entre Estados como dentro de ellos, en muchas regiones del mundo”, afirmó Bachelet. “Las personas que han contraído la enfermedad necesitan que les presten atención médica, no que las conviertan en víctimas del odio y el rechazo”, añadió la alta comisionada.



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