"Fue difícil elegir a los ganadores de los Premios de Fotografía de Istanbul por calidad de fotos"

Carol Guzy, una de los miembros del jurado de los Premios de Fotografía de Istanbul, organizados anualmente por la Agencia Anadolu (AA), afirma que fue difícil elegir a los ganadores de los premios de este año debido a la riqueza de opciones de calidad.

En una entrevista con la AA, la cuatro veces ganadora del Premio Pulitzer indica que “teníamos tantas, tantas imágenes realmente fuertes para elegir, que era verdaderamente difícil decir [cuál] era la mejor porque todas eran muy poderosas” y señala que la fotografía ganadora, tomada por el fotógrafo de la Agencia Europea de Fotografía de Prensa (EPA), Serguéi Kozlov, “tenía la sensación de una imagen icónica, casi nostálgica”.

Guzy afirma que la fotografía parece “como una foto de una era pasada” que posee “esa sensación icónica que conmovió a todo el mundo” y explica que “la paleta es una especie de blanco y negro monótono con solo este toque de sangre roja que fue extremadamente convincente” y dice creer que “dejó una marca indeleble en nuestra conciencia”.

No obstante, Guzy afirma que, “personalmente”, también “siente” que la fotografía ganadora del tercer puesto, tomada por el fotoperiodista griego Alkis Konstantinidis, “era un fuerte contendiente” y la describe como “una emoción desgarradora, una foto en Ucrania, muertes de civiles” y dice sentir que “esa es la historia de Ucrania”.

Guzy recuerda que Ucrania fue la principal noticia en 2022 y admite que esto afectó a las imágenes enviadas a los premios.

La fotógrafa estadounidense califica de “difícil” su decisión de desplazarse a Ucrania para fotografiar la guerra “por muchas razones” como “problemas de salud”. Así que decidió no cubrir “la primera línea” de combate “aunque”, según ella, “toda Ucrania es realmente una primera línea. No hay ningún lugar que sea seguro” y asegura que “experimentó el número de víctimas civiles de primera mano”.

La elección de los ganadores.

Guzy recalca que “el contenido y los momentos son clave” a la hora de elegir los ganadores de un concurso. En este sentido, dice que “puede perdonar la calidad técnica que no es perfecta para una imagen que le conmueve” y enfatiza que “lo importante para llegar a alguien a un nivel personal y emocional siempre debe ser el objetivo y proporcionar algo de profundidad, especialmente con las historias”.

La fotógrafa avisa que el espectador puede ser subjetivo y que esto debe tenerse en cuenta, y aclara que “el hecho de que no obtuviste el primer puesto no significa que su foto no fuera muy poderosa y merecedora de mérito de alguna manera”.

Guzy aconseja a los fotoperiodistas que quieran participar en la competición del próximo año que tengan “más cuidado con los subtítulos” y explica que “realmente puede marcar una gran diferencia con la foto o la historia cuando entendemos mejor el significado detrás de ella y la importancia de esa imagen”.

Las categorías de los premios

La fotógrafa señala que el concurso cubre un mundo diverso con categorías adicionales en las categorías de noticias y deportes, y asegura que esto es de vital importancia.

Personalmente, Guzy cree que “la fotografía de la vida cotidiana, el retrato y la naturaleza [merecen] una cobertura igualmente importante” y considera que tales categorías tienen “la capacidad de trascender esa noticia puntual inmediata, darnos una mirada más profunda a los problemas o, a veces, simplemente la poesía suave de la vida cotidiana”.

Respecto a la categoría de medioambiente, Guzy opina que es “fundamental para toda la vida en la Tierra y de suma importancia para nuestra supervivencia”.

La fotografía ganadora del primer puesto en la categoría naturaleza única, del fotoperiodista español Brais Lorenzo, muestra a personas en trajes de baño observando incendios forestales y, según Guzey, fue una yuxtaposición entre los bañistas y los incendios forestales.

“Fue realmente convincente, fue una imagen muy peculiar que llamó la atención de muchas maneras”, agrega Guzy.

La fotografía de pájaros del fotógrafo de vida salvaje húngaro Bence Máté también fue una imagen encantadora para mirar. Guzy dice que “no debamos centrarnos solo en el problema, pero a veces solo necesitamos mostrar esa alegría innata de la experiencia de vida”.

Sobre la fotografía ganadora de una mujer que se cortó el pelo en solidaridad con los manifestantes iraníes titulada rebirth (renacimiento en inglés), Guzy señala que “fue profundamente conmovedora, y los otros retratos también fueron increíblemente evocadores”.

Fotoperiodismo

Guzy subraya la necesidad de encontrar una manera de acercar el fotoperiodismo documental al público. En este sentido, Guzy sostiene que “es fundamental para la comprensión del mundo poder destacar una cobertura tan poderosa”, mientras que “los fotoperiodistas también deben ser reconocidos por hacer este trabajo sobresaliente, ya sea en situaciones de alto riesgo o en sus vecindarios”.

Según Guzy, el fotoperiodismo tiene un gran poder en y los fotoperiodistas son los ojos del mundo. “Puede que no cambie el mundo ese día, pero podría cambiar gradualmente la conciencia de las personas sobre un problema, crear un cambio positivo, ciertamente abrir los ojos de las personas”, agrega.

“Pero verdad, verdad es una palabra cargada. ¿La verdad de quién? Por lo tanto, no necesariamente podemos decir que siempre estamos ofreciendo la verdad, pero creo que es nuestra responsabilidad hacer todo lo posible para representar con precisión cualquier situación para que otros la juzguen”, reflexiona.

Guzy lamenta que la gente está empezando a perder la confianza en los medios y apunta que el auge de la inteligencia artificial (IA) solo puede empeorar las cosas.

“Creo que es nuestra responsabilidad tratar de educar a las personas sobre nuestro papel en la prestación de cobertura y la diferencia cuando lo hacen profesionales capacitados”, asevera.

Guerra, fotoperiodismo de desastres, consejos para periodistas en ciernes

Guzy relata que cubrir conflictos y desastres naturales conlleva riesgos personales, pero también requiere el coraje emocional para presenciar las atrocidades y el profundo sufrimiento de la frecuente falta de humanidad del ser humano.

“Creo que el objetivo siempre es ponerle cara a la cantidad de víctimas o problemas que estamos tratando de explicar, que pueda generar empatía en los espectadores y también, por supuesto, crear conciencia”, dice Guzy y prosigue: “Pero creo que debemos encontrar el equilibrio y también resaltar esos momentos de esperanza que, a veces, olvidamos hacer como periodistas”.

“Creo que, en cualquier situación grave, hay ángeles que se elevan por encima del caos para ayudar”, afirma.

Guzy revela que vino a Türkiye brevemente después de los terremotos que sacudieron el sur del país este febrero el 6 de febrero y señala que sentía esta “como en Armagedón. Lo único que realmente no se puede fotografiar es la escala, la cantidad de personas y la cantidad de ciudades que se vieron afectadas: fue desgarrador”.

A los fotoperiodistas jóvenes, Guzy aconseja no desplazarse a zonas en guerra sin el entrenamiento adecuado, ya que no solo arriesgarían sus propias vidas, sino que también las de otros que intentarían ayudarles.

En este sentido, Guzy asegura que los periodistas y fotoperiodistas novatos pueden aprender más haciendo reportajes.

“El periodismo no es un trabajo. Quiero decir: para los que nos encanta, es una pasión, es nuestro corazón, es nuestra vida, literalmente. Si no puedo ser un narrador visual, es como si le quitaras el oxígeno a una habitación y no puedo respirar”, sentencia.

Los Premios de Fotografía de Estambul de este año cuentan con el apoyo de Nikon, la Agencia de Coordinación y Cooperación de Türkiye (TIKA) y la aeroline turca Turkish Airlines (THY).

Todos los ganadores se pueden consultar en: www.istanbulphotoawards.com/winner/index