La 'convivencia', un concepto de Corea del Sur que busca difundir en la la FILBO

Este país asiático es el invitado de honor en el regreso a la presencialidad de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, uno de los eventos culturales más grande de Colombia y Latinoamérica en la que participan más de 100 artistas coreanos

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La 'convivencia', un concepto de Corea del Sur que busca difundir en la la FILBO

AA- Corea del Sur está pasando por una época de reconocimiento artístico internacional. Auge de la música popular, del cine de autor y comercial, de la ingeniería, arte, diseño, literatura e ilustración. A través de todos estos campos los artistas exponen al mundo propuestas y formas de expresión que si bien son disímiles, parecen partir de un mismo tema: la “convivencia”, palabra que este año la Feria Internacional del Libro de Bogotá acertadamente convirtió en el eslogan promocional del país asiático.

Tal como la misma Feria en su página web menciona, este palabra “explora la ‘convivencia’ entre personas, entre naciones y entre la humanidad y la naturaleza. Corea, ubicada en el punto donde los valores de Asia oriental se intersectan con las ideas occidentales, estaba destinada a encontrar formas de convivir y resolver conflictos entre individuos y entre naciones a través de la experiencia”.

A juicio de dos de los 100 artistas coreanos invitados a la Feria, los ilustradores Park Yeoncheol y Jung Jinho, la 'convivencia' es la forma en que desarrollan su arte, ya que a través de ella coexisten temas y medios de expresión.

Ellos hacen parte de los más de 500 invitados internacionales provenientes de 30 países, que en estos 14 días de feria se reencontrarán presencialmente -luego de dos periodos de ediciones virtuales- con los interesados en el mundo del arte y la cultura.

Durante el evento se realizarán 1500 actividades, como charlas especializadas, talleres y exhibiciones, en el marco de uno de los eventos culturales más grandes de Latinoamérica. 

Los dos jóvenes ilustradores, que hablaron con la Agencia Anadolu, pertenecen a la nueva generación de creadores visuales y literarios, y son conscientes de la necesidad de combinar técnicas de expresión en sus obras, así como de reflejar la ‘convivencia’ de estilos para poder expresar sus intereses.

En Park cohabitan sus estudios profesionales en arquitectura con su pasión principal: la ilustración, por medio de la cual cuenta las historias de aquellas personas que viven detrás de esas construcciones. “Lo que más me interesa a mí es lo que sucede dentro de la casa, quiero saber las historias de las personas que viven al interior del edificio, lo que están sintiendo. La arquitectura no es algo con lo cual se crean cosas, sino a través de la cual podemos contar las historias de las personas”.

En en caso de Jung, en sus historias ilustradas ‘conviven’ dos puntos especiales, uno es el de las historias “de personas que siempre han hecho lo que querían pero de repente quieren salirse de las reglas y hacer algo distinto. Esto lo considero como una grieta. Como cuando un polluelo nace de un huevo, tiene que abrir una grieta para salir. Pienso que esa grieta es muy importante para comprender cosas que pasan en nuestra sociedad. Es importante abrir grietas y hacer cosas que otras personas normalmente no harían. Al final de eso aparece una nueva forma de vida”.

El segundo punto que destaca Jung Jinho son sus métodos para ilustrar: “Yo utilizo diversas formas de expresión artística. Utilizo imágenes, pintura, muñecos. Y la razón por la que utilizo tantos estilos es porque pienso que cada historia tiene que ser contada de una manera diferente”.

Esa variedad de temas y formas de expresarse son la base y quizá el éxito de la ‘movida’ artística coreana en el mundo. Los artistas asiáticos, como Park, son conscientes de eso, aunque Park es más formal en sus medios debido a su educación arquitectónica y Jung más libre e interesado en la diversidad, debido a su no formación en arte.

Ambos afirman que la experiencia de la Feria del Libro ha sido inigualable, ya que a través de ella han conocido no solo el arte colombiano, sino también el de América Latina, y no les sorprende su diversidad, tal como la que existe en su Corea del Sur.

ara Park, en su país “todos (los artistas) estamos en la misma categoría: el cine, la pintura, la música, la ilustración”. Según él, no hay más populares que otros; no hay discriminación.

Jung Jinho difiere un poco. Afirma que sí hay una distinción entre la música y los libros. “La música es un poco más fácil de entender, es un poco más intuitiva. Al escuchar una canción por primera vez, uno se puede sentir bien y alegre. Es un gran poder el que tiene la música y por eso la coreana ha llegado a muchas más personas, inclusive en Colombia. Pero en el caso de los libros, que tienen imágenes y texto, precisan un poco más de interpretación que la música. Las personas tienen que pensar un poco más si les gusta o no la historia y las imágenes; por eso no es tan intuitivo como la música”.

Sin embargo cree que el K-pop, el principal fenómeno cultural del país asiático, puede abrir un poco la puerta a otras expresiones, pues si "a estas personas les gusta la música coreana, les puede gustar la literatura coreana en general”.

Ambos coinciden en que no debe haber competencia entre tendencias o medios artísticos, ni siquiera con formas de expresión más internacionales, como la que ellos directamente pueden enfrentar con los cómic, los superhéroes –en el cine o la literatura– o las sagas de libros fantásticos enfocadas más en jóvenes adultos.

Para Park, “hay muchos puntos similares entre los cómic y los libros ilustrados”. A través de alegorías o ejemplos metafóricos –una distinción muy coreana– trata de explicar las diferencias y complementariedades. Los “mangas o cómic están divididos en muchos cuadros que van formando una historia en una página; siento que estoy leyendo muchas historias. Por el contrario, los libros ilustrados están divididos en cuadros, pero más espaciados, a través de los cuales los lectores pueden ir elaborando su propio entendimiento de la historia. Así que creo que para leer un buen cómic o leer un buen libro ilustrado lo que se necesita es completamente opuesto”. 

Él cree que sus libros ilustrados son como si el espectador entrara en la historia y “ellos mismos fueran ayudando a construir lo que está ocurriendo”. 

Jung es consciente de que los cómics, por ejemplo, venden más, pero piensa que el vender o ser más interesantes para los lectores no debe ser el foco de atención de los autores sino de las editoriales. “No los vemos como una competencia o una guerra, no lo veo como algo malo, que los libros ilustrados sean más difíciles de adquirir por las personas”. 

En ese sentido no se preocupa de cómo hacer para que los libros ilustrados lleguen más a la gente. Espera que a esta literatura visual no se le vea como si estuviera en una competencia con los cómics, sino que “están juntos ayudándose a surgir en el mundo de la literatura”.

Park se sirve de una metáfora para explicar esto: “Si a los cómics los vemos como una novela, los libros ilustrados pueden verse como poemas”.  

(Agencia Anadolu)



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