Música contra pobreza

En España hay 2.842 cooperantes internacionales, 54 más que el pasado año, según datos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid)

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Música contra pobreza

Madrid, 8 sep (EFE).- Elena tiene 27 años, es doctora y no cumple rigurosamente con el perfil de cooperante: madrileña de más de 35 años y que trabaja en África subsahariana. Pero al igual que casi 3.000 españoles ha decidido hacer de la cooperación su forma de vida y, en su caso, combatir la pobreza en Nairobi (Kenia) con la música.

Dentro de una semana volverá a África para continuar coordinando los proyectos sociales que la ONG Kubuka desarrolla en Zambia y Kenia, explica a Efe esta joven con motivo del Día del Cooperante que se celebra hoy.

En España hay 2.842 cooperantes internacionales, 54 más que el pasado año, según datos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid).

Casi cuatro de cada diez cooperantes (el 37 %) son personal religioso, seguidos de profesionales que trabajan bajo la coordinación de ONG para el Desarrollo (el 27 %).

Los proyectos que emprende la ONG Kubuka son negocios que surgen en la cuna de las comunidades en las que está presente, cuenta Elena, y el trabajo de la ONG consiste en ayudar a que dispongan de los recursos que les permitan desarrollar sus ideas.

Dice que, en estos momentos, entre los proyectos de esta ONG se encuentra la creación de un estudio de música en Kibera.

Bautizado como "Made in Kibera", esta idea surgió en la cabeza de unos jóvenes de este asentamiento de Nairobi que se dedicaban a cantar para promover que Kibera "no era un barrio malo, sino que también tenía cosas positivas", recuerda Elena.

Con esta iniciativa, desde Kubuka buscan impulsar el talento y el esfuerzo de jóvenes artistas en los suburbios de Nairobi.

La chispa que hizo nacer este proyecto fue prendida por un cámara que se encontraba en Kibera, donde conoció a estos jóvenes.

"Comenzó a grabarlos y, juntos, empezaron a grabar vídeos musicales", relata Elena.

Estos emprendedores tenían talento, pero no disponían de las herramientas que les permitieran poner en marcha su idea.

Kubuka basa su acción en la educación y el emprendimiento de las comunidades locales, "trabajamos con la formación y el empoderamiento para crear modelos de desarrollo autosostenible".

"Es una cultura muy distinta a la nuestra y no queremos imponerles nada, son ellos los que lideran todo", asegura Elena.

La idea de crear el estudio fue suya, asevera, y desde Kubuka recabaron fondos mediante "crowdfunding" para "poder ayudarles -continua- a recaudar el dinero necesario para poner en marcha el proyecto".

La relación de Elena con África comenzó cuando tenía 18 años.

Al acabar bachillerato decidió irse a Zambia durante un mes que acabó convirtiéndose en un año y, desde entonces, todo son idas y venidas entre los dos continentes.

Casi una década después, ya lleva tres años trabajando como cooperante fija en el continente africano, coordinando los proyectos en Zambia y Kenia.

Junto a un amigo que también llevó a cabo operaciones de cooperación, decidió crear un tipo de ONG diferente que ayudase al desarrollo autosostenible. Así nació Kubuka

En estos momentos, los jóvenes de Kibera reciben una formación para aprender a producir música por voluntarios de la ONG y componen canciones con las que "generar beneficios que reinvertir en su propia comunidad".

Su objetivo no es ofrecer dinero, sino ayudarles a crear un modelo de negocio que les permita subsistir por sí mismos.

Y para ello, entre otras acciones, les han enseñado a utilizar las redes sociales para que puedan promocionar este estudio de música.

Así, este proyecto se convierte en un estudio profesional en Kibera que provee de las herramientas para producir canciones de una manera autosostenible que permita que la riqueza generada se reinvierta en este asentamiento de Nairobi. EFE



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